Pequeño Cuento de Amor
febrero
1996
Érase
una vez un universo oscuro, un universo negro, un universo
helado y matemático.
No
se sabe por qué, dos estrellas se miraron y se
enamoraron. Tan grande y hermoso fue su amor que dejaron
de describir infalibles órbitas elípticas para dibujarse
tiernos corazones entrelazados.
Se
querían tanto..., pero la distancia era grande, y no
podían acariciarse ni besarse. ¡Si por un solo instante
pudieran estar juntas! Pero eso estaba prohibido en un
universo oscuro, en un universo negro, en un universo
helado y matemático.
Aun
así no se resignaron a vivir separadas, alejadas por un
denso y silencioso vacío; así que decidieron quebrantar
la eterna ley del perfecto y ordenado universo. Con un
cómplice guiño se salieron de sus órbitas
convirtiéndose en dos estrellas fugaces, dirigiéndose a
un mismo destino a la velocidad del deseo y el cariño
Tan
solo querían besarse; sabían que ése sería su primer y
último beso, pero a pesar de ello continuaron
vertiginosas su sendero suicida..., hasta que se
encontraron, fundiéndose en un luminoso y bello abrazo de
amor y de muerte. Fue el precio tuvieron que pagar por
quererse en un universo oscuro, en un universo negro, en
un universo helado y matemático.
Ellas
fueron las primeras, pero si alguna noche de verano,
mirando el cielo, ves una estrella fugaz, piensa que en
algún lugar hay otra, que están enamoradas, y que aunque
vivamos en un universo oscuro, en un universo negro, en un
universo helado y matemático, lograrán encontrarse, se
besarán por un instante nada más y desaparecerán entre
destellos de amor y ternura.
Autor: Alberto Pisa AlluéInscrito en el REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL
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